¿Alguna vez se han detenido a calcular el número de pensamientos que tenemos diariamente?
No lo hagan, yo se los cuento… Tenemos más de 60.000 pensamientos al día según estudios científicos. Lo más curioso del caso, es que la mayoría son negativos, repetitivos y relacionados con el pasado. Esto se debe a que nuestro cerebro está diseñado para la supervivencia y no para la felicidad.
Millones de años de evolución, nos han permito desarrollar un sistema preparado para salir de los peligros sin pensar. Remontándonos a nuestros antepasados, teniendo que luchar contra distintos animales, el hambre, el frío, podremos entender el origen de que nuestra atención siempre está más focalizada en lo negativo, en los peligros y en la supervivencia.
Pero vayamos al concepto básico de pensamiento. Según Wikipedia, el pensamiento “es la actividad y creación de la mente; se dice que es todo aquello que es traído a la existencia mediante la actividad del intelecto”.
Es sabido, que estamos sometidos a una sobre estimulación externa, redes sociales, Apps, noticias, bombardeo de publicidad, en fin; un sin número de elementos que atraen nuestra atención, alejándonos del momento presente y junto con el frenético ritmo de vida que llevamos, hace que la mayor parte del tiempo estemos funcionando en piloto automático. Y es así, en automático y en contra de nuestra voluntad, que aparecen en nuestra conciencia estos pensamientos rumiantes-negativos.
Si analizamos el pensamiento, veremos que no es más que una cadena de palabras. El meollo del asunto está, cuando nos identificamos y nos creemos eso que pensamos. No somos lo suficientemente conscientes de cómo los pensamientos determinan y condicionan nuestra vida. No puede haber un estado emocional, sin antes una interpretación que lo haya provocado.
Nuestros juicios e interpretaciones, es decir, nuestro dialogo interno, infiere en nuestros pensamientos y, por lo tanto, en nuestras emociones y acciones. ¿Cuántas veces no se han desencadenado tormentas producto de una emoción que nos condujo a actuar de manera equivocada?
En base a esto, consideremos lo siguiente:
- Cualquier pensamiento puede ser cambiado, lo vemos porque cambiamos de manera de pensar a lo largo de nuestra vida.
- El grado de credibilidad no tiene que ver con el grado de veracidad. El cerebro no distingue cuándo algo es real, basta con que lo creamos y lo sintamos. Le damos certeza absoluta a nuestras creencias.
- Desde que un pensamiento se instaló en nuestra mente, siempre tenderá a manifestarse hasta convertirse en realidad.
Retomando el concepto del pensamiento podemos decir que si todos los pensamientos son la actividad y creación de nuestra mente, en nosotros reside el poder de desarmarlos. ¿Cómo?
- Debemos ser conscientes que somos creadores “DESDE” el pensamiento. Lo que piensas se convierte en tu realidad. Eres una obra maestra y estás esculpiendo tu propio David, tu vida misma.
- Aprender a distinguirlos. Si lo que estás viendo en tu realidad es diferente a lo que deseas, entonces deberías observar mejor lo que piensas.
- Elige mejor lo que piensas, siempre vas a tener la posibilidad de escoger.
- Si el pensamiento conecta con la emoción y la acción, concéntrate en aquellos positivos que te envíen señales de bienestar y felicidad. Al sentirte bien, estarás enviando como señal esa emoción a tu cerebro y cuerpo, produciendo los químicos de la felicidad tan conocidos: serotonina, endorfina, dopamina, oxitocina. Así, se creará una cadena de pensamientos positivos donde cada vez será más fácil atraerlos.
Prueba en lo cotidiano, ¿Cuántas veces no te has emocionado al conseguir un puesto de estacionamiento? Tan simple y poderoso como el abrazo, ¡abraza a un ser querido!
Autor: Cristina Rivero.
@coachcristinarivero